jueves, 9 de julio de 2009

Lluvia de verano

Día gris, y sin embargo me llama.

Me apetece salir a la arena y tumbarme hasta quedar calada, con los ojos cerrados, con los sueños abiertos, con las yemas de los dedos rozando cada gota que cae.
Que el agua me cubra de su vida y sentir, sentir hasta olvidar todo lo demás. Y entonces abrir los ojos y mezclarme con las turbulentas nubes, desvanecerme en la espesura de su color abstracto, mate, y caminar descalza por la orilla, por su olor, soñando que levito entre las lágrimas saladas del cielo, soñando que consuelo a la Luna, que baño su cielo de calor...
Y poco a poco cubrirme de sal, sumergirme bajo las olas turbias y sentirme pura, entera, eterna, y mecerme en el abrazo que me brinda el mar con su inmensidad, cual sirena nacida en un día de lluvia, una lluvia de verano.

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