jueves, 24 de diciembre de 2009

No pensaba hacer esto... pero realmente me siento muy feliz entre los míos estos días, y creo que, dejando a parte todo el tema consumismo, hemos encontrado una excusa para parar los relojes por unos días y disfrutar de la compañía que nos hace felices... Así que, sí, a mí me ENCANTA la Navidad y por lo tanto...

Os deseo una Feliz Navidad a todos!!

martes, 22 de diciembre de 2009

Propósitos para el nuevo año

Crecer.
Crecer como persona, como hermana, como hija, como amiga, como diseñadora, como pequeña artista. Crecer con todos los sentidos. Escuchar, mirar el mundo con ojos de agua, impregnarme, explotar cada minuto, no perderme nada. Reír y llorar, limpiarme de frustraciones y de "no puedos". Vivir, pasar frío, y calor...
Madrugar con una sonrisa y bailar, bailar en la ducha, en el metro, en la cola del súper...Darlo todo sobre el escenario. Cantar para mis adentros, por la calle, a grito pelado, tararear en los vestuarios, susurrar una canción al oído... No dejar nada por hacer. Saborear los dulces y endulzar los amargos, condimentar lo aburrido, comerme las tristezas...Y ante todo, dar muchos abrazos y regalar infinitas sonrisas!
Vivir. 

En definitiva, crecer, que un par de centímetros más no me irían mal...

jueves, 17 de diciembre de 2009

Etéreo

Sólo espuma de mar...
Sólo un sueño.
Como el alma...
Como el alba.

Ángela Becerra, Alma abierta.

martes, 15 de diciembre de 2009

Rescatando palabras

Llora, porque las lágrimas secan el dolor,
aunque sólo sea por un rato, llora.
Llora las lágrimas que las nubes contienen, moja el asfalto.
Siente su cálido consuelo en tus mejillas,
su salada amargura resbalando hasta los pies que miras, descalzos,
porque crees que el cielo no merece este tormento.
Él también guarda sus batallas en las nubes que pinta en sus días grises.
Siente, siente la alegría, el dolor.
Siente los celos, la envidia, la incomprensión, la dulzura de sus ojos de ángel, de su sonrisa eterna, de sus manos, de sus cielos... Pero no te alejes del suelo, pues este ángel no tiene alas.
Siente temblar el suelo a cada paso, siente cómo se escapa el tren sin tu corazón dentro.
Siente la desesperación del querer lo ya deseado, de tener vapor en vez de lágrimas, de no poseer NADA, pese a creer haber atrapado un sueño...
Siente el frío, sentada en este banco de madera húmeda.
Siente el viento, siente tu tormento.

Un día inconcreto de finales de primavera

lunes, 14 de diciembre de 2009

Esperant

Els peus freds sobre l'herba del jardí. Vint-i-quatre de desembre. Sol. València.
L'albufera es cola als pulmons. Els pins s'agiten negitosos.
Fa fred, però el Sol m'escalfa l'ànima.
Em sento flotant en un silenci tranquil, però els cinc sentits estan alerta.
És Nadal, i una vida truca a la porta.

Otro despertar

Abres los ojos.
Frío.
Ducha.
Albornoz.
Café.
Buenos días.
Secador.
Braguitas.
Sujetador.
Pantalones.
Camiseta.
Otra camiseta.
Otra vez la anterior.
Jersey.
Calcetines.
¿Converse?
Botas.
Lápiz de ojos.
Cepillo de dientes.
Un adiós rápido.
Llaves.
Móvil.
Cartera.
Portazo.
Prisa.
Ascensor.
Otro portazo.
Respiras.
Llegas tarde.
Corres.
Sale el Sol, los pulmones queman.
Estoy viva.
Una sonrisa.

Distancia

Esperaba ansiosa, pero el teléfono no sonó en toda la mañana.
Ni durante la tarde.
Y aunque hubiera pasado la noche en vela, ningún sonido la habría despertado.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Cosas pendientes

No pensar.
Borrar
lo escrito en la piel.
Lavar
momentos de gloria.
Decolorar caricias.
Limpiar de gestos
madrugadas
y silencios llenos.
Vaciar el alma.
Adormecer sentires.
Pintar de desesperanza
los crepúsculos.
Desteñir el cielo
de gaviotas
y vuelos.
Enmudecer
las noches...
Y los árboles.
Bajar
y descolgar la luna.
Apagar las estrellas

ÁNGELA BECERRA

martes, 8 de diciembre de 2009

Volviendo a casa un falso domingo

Hacer fotografías con la mirada,
jugar a componer sentimientos en el aire de la noche.
Oler el invierno y la calma,
sentir el movimiento y la paz de saberse solo en un lugar.
Pedir a gritos ahogados compañía,
enfrentarnos solos al camino de vuelta a casa.

Y sentarse, porque no hay prisa, a acunar la soledad.